No fue fácil escoger a mi fotógrafa de bodas, pero sin duda encontré a la mejor. Al comienzo, no le había puesto tanta importancia de quien me retrataría el día de mi boda, hasta que unas amigas me dijeron que era lo más importante en tu boda y pues ¡si! Ya que son los únicos recuerdos que te quedan de ese día hermoso y loco, al mismo tiempo.

Así que comenzó mi aventura de ver quién sería la persona ideal para retratarme con quien sería mi esposo. Me demoré casi dos meses averiguando, estoqueando, viendo que trabajen con el estilo que me gusta y hablando con cada uno de los fotógrafos, ya que para mi era muy importante que tenga química y me lleve súper bien.

Hasta que encontré a Franchi, la cosa fue automática, desde el comienzo fue súper linda, a pesar que le escribía millón de veces haciendo preguntas, ella no dudaba en contestármelas todas y hacerme sentir en súper confianza. Sin duda desde el primer momento hice click con ella, a pesar que yo daba muchas vueltas. 

Fue así que nos reunimos (la reunión duró como 5 horas creo, la cual súper valió la pena porque mi esposo y yo pudimos conocerla de una manera más profunda y con solo mirarme con él fue: ¡Es ella!

De su trabajo: ¡Es una capaza! Mi pre boda fue tal como quería; el resultado de las fotos son de esas que no te cansas de mirarlas. Nos retrató como somos, cada foto tiene algo especial.

Luego, el día de la boda (pues me saco el sombrero ya que no solo fue mi fotógrafa, sino una súper amiga; esas que te calman y te dan soluciones cuando suceden todas las cosas que no te esperaste en tu boda). Porque SÍ novias, no todo sale perfecto y van a pasar mil y un cosas aunque creas que tienes todo en control.

A cerca del resultado de las fotos, ni que decir, ¡¡¡¡¡¡LAS AMO!!!!!!

Hay tantos momentos, que sino fueran por las fotos, me los hubiese perdido por completo.

¡Ahora espero con ansias mi post boda porque sé que serán igual de hermosas que todas sus fotos!